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domingo, 14 de diciembre de 2014

La Reencarnación y los tipos de bloqueos emocionales


Ciudad de México, México (14/dic/2014) 

Los bloqueos emocionales son aquellas situaciones en las que, por más que hagamos todo para allanar nuestro camino, nos vemos afectados una y otra vez. En vez de tomar una actitud cerrada hacia estos eventos, conviene tomarlos como una invitación a reflexionar de manera más profunda y preguntarnos si están vinculados con alguna reencarnación.

¿A alguno de ustedes les ha sucedido que se han dado cuenta de que tienen un bloqueo emocional, y han hecho cientos de terapias diferentes, sin ningún resultado?
Cuando se investiga a fondo este tema, se puede llegar a conclusiones que de otra forma ni siquiera se las plantearía uno. Como por ejemplo:
Si he limpiado todo lo que me ha sucedido – se entiende a nivel traumático- en esta vida…. ¿será que es algo que viene de más lejos?
Antes de hacerse esta pregunta, quizás muchos de ustedes han pasado por todo tipo de terapias, terapeutas, sanador, médico, habrán leído libros hasta completar casi un doctorado…. Sin haber obtenido el más mínimo cambio favorable a su problema.
Entonces se habrán planteado dos cosas: una seria el aceptar esa limitación y vivir resignados con su bloqueo emocional, intentando llevarlo lo más dignamente el resto de su vida. Sin embargo otros habrán decidido abrir más allá de lo “normal” su mente y empezar a investigar a fondo. Los segundos en un ataque de valentía habrán planteado: ¿“y si esto que me sucede viene de una vida pasada”?

¿Se trata de una vida pasada?

Aquí empezamos a entrar en una dimensión diferente donde lo primero de todo es aceptar que no somos seres de una sola vida, sino que podemos tener un pasado más allá de lo que recordamos de esta. Y por lo tanto, con una vida, también existen unas vivencias que nos hayan podido marcar de una forma definitiva. Estas vivencias, se almacenan en nuestro subconsciente y las llevamos en el saco de nuestra memoria en forma de semillas esperando la tierra fértil –la vivencia adecuada- para que germinen y den sus frutos. Cuando una semilla de nuestro pasado da sus frutos, nos vemos inmersos en un tipo de vivencias que no entendemos pero que nos afectan a nuestra vida “actual” de forma definitoria. Marcando nuestro presente, y nuestro destino.
Vamos a explicar que tipos de situaciones de vidas pasadas han podido producir estos “bloqueos” inconscientes en la vida actual. Lo llamamos “votos Kármicos”.

¿Qué son los Votos kármicos?
Son decretos de obediencia que hicimos en vidas pasadas. Sobre todo cuando entramos a formar parte de órdenes religiosas o iniciáticas o cuando, debido a experiencias traumáticas que vivimos, nos juramos “Nunca volveré a…” o “De ahora en adelante y por toda la eternidad… ” y cosas por el estilo.
¿Por qué conviene revocarlos?
Porque algunos de ellos siguen actuando hasta el tiempo presente y nos obstaculizan la vida actual o nos impiden gozar de aquello a lo que prometimos renunciar. Por ejemplo, no te permites tener dinero si te tomaste muy en serio tus votos de pobreza en otra encarnación; o no acabas de disfrutar del sexo sin culpa con tu pareja por tus antiguos votos de castidad y celibato, etc.

TIPOS DE VOTOS
a) Votos de Pobreza: firmados en el seno de religiones o filosofías en donde el dinero era considerado algo perverso. El voto de pobreza se sostenía en la idea de que Dios nos va a mantener a pesar de todo, pero ignora el hecho de que la mejor manera que tiene Dios en esta época para mantener a sus criaturas es a través de un ingreso suficiente. Si eres una persona que cree que el dinero es malo o que no se mezcla con la espiritualidad, o si has experimentado sistemáticamente problemas financieros, es posible que en una vida pasada hayas hecho un voto de pobreza.

b) Votos de castidad: aquí, la creencia es que lo que está mal es la sexualidad. Los placeres mundanos se consideraban opuestos al desarrollo espiritual. Claro que esto no fue un concepto universal, muchas religiones orientales le han otorgado al sexo un carácter sagrado, propiciatorio de la unión con Dios. Si has experimentado recurrente falta de deseo sexual, disfunciones sexuales (impotencia, frigidez), o tienes problemas con la intimidad, es posible que hayas asumido un voto de castidad en vidas pasadas.

c) Votos de abnegación: se trata de un pacto de auto sacrificio que de alguna manera expresa que uno postergará toda satisfacción personal a favor de los deseos y necesidades de los demás. Rechaza de plano el amor a uno mismo. Si sientes que siempre cargas con las responsabilidades de los demás, sientes una compulsión por ayudar a otros por encima de tus propias necesidades y tú estás siempre en el último lugar de la fila cuando repartes energía, es posible que hayas firmado un pacto de abnegación.

d) Votos de celibato: equivale a renunciar a establecer una relación emocional significativa debido a que estamos “casados” con Dios. Pero es Dios quien nos da compañeros de alma para mostrarnos aspectos de nuestro propio yo. Los votos de celibato se manifiestan de muchas maneras: sabotaje a las relaciones personales íntimas, miedo al compromiso, y una historia personal que registra numerosas relaciones que terminan abruptamente. Negarnos la posibilidad de vincularnos profundamente con alguien es una manera de estancarnos en nuestro crecimiento. Si este es tu caso, es probable que hayas firmado un pacto de celibato.

e) Votos de silencio: en ciertas órdenes religiosas antiguas, la palabra se consideraba una de las herramientas del Demonio para seducir a los mortales. De allí se derivó la creencia en que el silencio ayudaba a mantener la pureza del alma. He detectado otros casos, por ejemplo, personas que han vivido en contextos de guerra siendo portadores de secretos o informaciones vitales para su país, los cuales juraron no hablar y fueron torturados hasta la muerte. Hoy en día, estas personas experimentan extremas dificultades para expresar quienes son, y decir la verdad.

f) Votos de sufrimiento: en algunos contextos históricos, el cuerpo fue considerado un impedimento para el crecimiento espiritual, y por lo tanto era flagelado, castigado, dañado para probar el compromiso con la Divinidad. Nuestra concepción actual del cuerpo es diferente: entendemos que es el vehículo a través del cual se expresa nuestra alma y por lo tanto cuidarlo es importante. Sin embargo, muchas personas tienen conductas dañinas hacia su cuerpo que no pueden controlar, desde morderse las uñas a persistir en adicciones. Algunas de estas personas descubren a través de la regresión que han vivido en contextos religiosos de desvalorización corporal.

g) Votos de obediencia: implican abandonar la propia voluntad y subordinarla a la voluntad de Dios. Los problemas de obediencia surgen cuando esta es completamente ciega, porque si uno cree que la voluntad de Dios es destruir al infiel, a quien no cree en el mismo Dios que nosotros y actúa en consecuencia (convirtiéndose en un mensajero del odio), solo acumulará más karma. Una vida evolucionada implica convertirse en compañero de Dios en su tarea creadora, no un subordinado ciegamente obediente. El aprendizaje consiste en el equilibrio entre ambas voluntades. Muchas personas, que se sienten hoy incapaces de enfrentarse a la autoridad (ya sea un padre fuerte, un jefe o el sistema de reglamentaciones impuesto), descubren que han firmado pactos de obediencia en vidas pasadas.



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jueves, 30 de octubre de 2014

DÉJÁ VU - ¿ERROR DEL CEREBRO O RECUERDO DE VIDAS PASADAS?



CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO (30/oct/2014) 
Dèjà Vu, un peculiar fenómeno que más del 60% de la población ha experimentado alguna vez. Pero ¿de qué se trata realmente? Pongamos un sencillo ejemplo: obtienes un trabajo en otra provincia, en otro país incluso. Estás llegando en coche a dicha ciudad y, a medida que te vas adentrando en la urbe, muchas cosas te resultan familiares.

Las calles, las casas, ese bosque del fondo… ¿Cómo puede ser si nunca antes has estado allí? Esa sensación inexplicable es lo que un psíquico francés llamado Émile Boirac acuñó a principios del siglo XX en su libroL’Avenir des sciences psychiques (‘El futuro de las ciencias psíquicas’). Estamos seguros de que te gustará saber algo más de este tema, de eso que, probablemente, tú mismo hayas experimentado en más de alguna ocasión…
¿A qué se debe el “Dèjá Vu”?
Según nos explican los psicólogos, neurólogos y psiquiatras, este tipo de paramnesia es en realidad uno de los fenómenos más comunes que experimenta la población en general. No obstante, que sea común no significa, en absoluto, que se disponga de una razón clara, científica y demostrada de por qué ocurre. Hasta el momento solo disponemos de varias teorías, explicaciones enmarcadas desde diferentes perspectivas, que merece la pena tener en cuenta para obtener una idea más completa. La valoración que hagamos de ellas dependerá de nosotros mismos y de lo familiarizados que estemos o no con el fenómeno del Déjà Vu.

1. Error de nuestro cerebro

Han sido muchas las investigaciones realizadas desde el campo de la psicología y la neurofisiología – quienes desde sus respectivos enfoques – han llegado a una misma conclusión. Se trataría pues de un error de la memoria al no saber o no poder discriminar la diferencia entre dos situaciones de características similares, confundiéndolas. Veámoslo con detalle:
Susumu Tonegawa, es un neurocientífico y Premio Nobel de medicina que ha dedicado varias investigaciones sobre el tema. Para él los Dèjá Vu son errores de nuestra memoria episódica, esa que se encarga de clasificar toda la información nueva que experimentamos. Por ejemplo, gracias a este tipo de memoria sabemos que la persona que nos acaban de presentar no la conocíamos antes o que, como ya hemos acabado de desayunar, no hace falta que volvamos a hacerlo. Las cosas nuevas se almacenan, se clasifican y se integran, separándolas de otras para no ser confundidas.
Tonegawa nos explica que el hipocampo, el centro encargado de la memoria, hace siempre un mapa mental de nuestras experiencias y los lugares que vemos. Sin embargo, cuando dos experiencias o escenarios se parecen muchísimo, en ocasiones, pueden solaparse y confundirnos. Las personas que padecen Alzheimer, por ejemplo, sufren continuamente estos errores de memoria. Es decir, en el ejemplo del inicio tendremos una falsa sensación de haber estado antes en esa ciudad a la que vamos a trabajar, pero en realidad, nunca ha sido así. Lo que ocurriría, sencillamente, es que nos recuerda en algo a otra ciudad que sí conocemos.

2. La memoria de los sueños


Otro interesante enfoque es sin duda el de la “memoria de los sueños”. Como el mismo nombre te puede hacer suponer, se trata básicamente de esa dimensión onírica donde el cerebro crea para nosotros fantásticos sueños e intrigantes experiencias que a veces podemos olvidar o no. Se trataría simplemente de recordar algo que no ha pasado en realidad, pero que sí hemos soñado. Pongamos un ejemplo.
Puede que hace unas semanas o incluso más de un año, soñaras con una casa. Con una casa en concreto donde andabas tranquilamente visitando cada una de sus habitaciones. Un sueño sin demasiada importancia que seguramente acabaste olvidando. Sin embargo, hace unos días una amiga tuya te invita ilusionada a que conozcas la nueva casa que se ha comprado.
Nada más entrar, te aborda una extraña sensación. Algo ocurre. ¿No has estado ahí antes? Estás sufriendo un Dèjá Vu y no sabes por qué. Esa casa tiene un parecido especial a uno de tus sueños, pero nosotros no sabemos de dónde viene ese recuerdo. El cerebro, cuando sueña, suele almacenar esa información en la memoria a largo plazo y en un plano inconsciente. Cuando nuestro hipocampo ve dos situaciones o escenarios con patrones parecidos no logra diferenciar lo que hemos vivido realmente de lo que hemos soñado. Es aquí donde surge de nuevo la confusión. La inquietud.

Llegados a este punto seguro que te estarás preguntando ¿Entonces es posible que a veces tengamos sueños premonitorios? Una vez más, los científicos nos dicen que no, que se trataría de situaciones muy parecidas (la onírica y la real), que nuestro cerebro las juzga como semejantes cuando en realidad no lo serían. ¿Estás de acuerdo?

El Dèjá Vu y las vidas pasadas

No es algo nuevo. No es una creencia reciente marcada por movimientos como la “New age”. En absoluto.Pitágoras, por ejemplo, tenía la opinión de que esas súbitas sensaciones de experimentar cosas nuevas, pero sentirlas como hechos ya vividos antes, eran en realidad pequeñas pruebas de la reencarnación.

Retazos de vidas pasadas que quedan en nuestra memoria y que emergen de vez en cuando, asciendendo en forma de breves e intensas sensaciones, que nos hacen retroceder a algo que ya ocurrió en el pasado, pero que no logramos definir con claridad. Suele decirse además que, a pesar de que gran parte de la población lo ha experimentado alguna vez – seas cuales sean su cultura y su religión-, en realidad son pocas las que lo viven de modo continuado y persistente. El perfil de estas personalidades parece ser siempre el mismo: personas muy sensibles e intuitivas, personas que suelen acceder con más facilidad a ese plano inconsciente de su memoria y que, además, gozan de gran apertura mental y de una gran creatividad personal.

Sea como sea, a día de hoy no disponemos de una conclusión clara. Investigadores como Ezequiel Gleichgerrcht, neurocientífico del Instituto de Neurología Cognitiva, nos dicen que el cerebro es extremadamente complejo y se necesitan todavía muchos más estudios para develar el misterioso fenómeno del Dèjá Vu.




Fuente: supercurioso.es