CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO (5/abr/2014)
Hoy en día escuchar hablar de tarjetas de crédito entre los mexicanos, suena como adquirir una deuda permanente con el Banco. Pareciera que el disponer de una tarjeta que otorga un cierto límite de crédito (préstamo), fuera el sinónimo de adquirir una catástrofe económica parecida a una cita con la "chancluda".
Lejos de este pensamiento poco inteligente, lleno de prejuicio y sin sentido, el poseer una tarjeta de crédito en nuestros días ha pasado de ser un artículo de lujo a un artículo de necesidad. En estos tiempos de hambre y miseria económica entre los mexicanos, las tarjetas se han vuelto una válvula de escape a los problemas financieros que enfrentan las familias y en general la clase media y baja en México.
Desde que se promulgara la Reforma Hacendaria, los Bancos emisores de tarjetas de crédito permiten otorgar más tarjetas con mayores beneficios y sin mucho contratiempo o limitante al usuario final, sin embargo, la disposición de nuevos créditos en plástico significa una serie de contratiempos que afectan gravemente a la economía mexicana. El poco conocimiento de datos financieros en las tarjetas, la poca cultura del ahorro, la escasa figura del razonamiento antes que el sentimiento y el abuso excesivo en interés del Banco emisor conlleva a que más personas terminen por endeudarse hasta quedar al filo de la miseria, con una paso en la cárcel y sin oportunidad de crecimiento; 2008 fue el año de la peor crisis de la historia en el que los Bancos otorgaron créditos a la "Viva México" sin pensar que los clientes terminarian por no pagar.
El uso de las tarjetas de crédito en México no goza de buena cultura financiera; por lo general, los mexicanos gastamos más de lo que disponemos en el límite de crédito y después terminamos con una deuda infinita imposible de pagar al momento y con limitantes ante la adquisición, compra o pago de una necesidad o gusto.
ELIMINAR LOS MITOS Y EL "MIEDO"
Antes que nada, debemos saber que el tener un crédito no significa contraer una deuda, y también debemos saber que el deber dinero a una institución financiera no es un robo o delito. Debemos de eliminar el mito de "deuda permanente" a través de un acto de conciencia efectivo en el que dispongamos sólo de lo básico necesitado antes del gusto y complaciente.
Utilicemos las tarjetas como medios de apoyo con clara idea del compromiso adquirido y aprovechando al máximo los beneficios que otorgue el plástico en turno. Eliminemos el miedo a la tasa de interés, comprendamos que el pagar intereses se hace presente no sólo en el Banco, también se muestra en la inflación, la caída en valor de la moneda y en los impuestos. Debemos de aprender a generar una buena cultura de ahorro en base al trabajo y sobre todo instruyéndonos sobre el uso de los créditos como medio de apoyo. El leer más sobre nuestra situación política-económica en México y el Mundo, abrirá las puertas del entendimiento.
RAZONAMIENTO ANTES QUE SENTIMIENTO
Alejémonos de los prejuicios y de los pensamientos sin cultura y aprendamos a pensar más con el cerebro y menos con el corazón, es decir, más con el razonamiento y menos con el sentimiento. Eliminemos esa falsa idea de declíve y cambiémosla por una idea de superación, llena de éxito y trabajo. El pensar negativo, ocasiona la atracción de sucesos negativos.
Si te encuentras en deuda con tu Banco y recibes una llamada telefónica en la que te ofrecen una tarjeta, piénsala mejor como una idea de cooperación, ten empatía y razona que el vendedor lucha por una familia, es decir, aún debiéndole a la institución financiera es imposible que te otorguen un nuevo plástico; asi que, deja que el vendedor crediticio haga su labor que aunque no te den el crédito, a él le darán una pequeña comisión para el sustento de su casa. Seamos humildes sin caer en el sentimentalismo que ambas son cosas muy diferentes, ¿Qué no?.
Foto: Tudecide.com | Columna y Redacción
Jorge Luna
Twitter: @jorge_luna90
E-mail: jorge.manuel.luna@outlook.com
Web: siglosdeevolucion.blogspot.mx
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