Resulta urgente, inaplazable e impostergable observar la charla interior y el lugar preciso de donde
proviene.
¿Sabías que la charla que tenemos en nuestro interior es la causa de
muchos estados psíquicos inarmónicos y desagradables en el presente y también
en el futuro?
Obviamente esa charla ambigua y en
general toda plática perjudicial, dañina, absurda, manifestada en el mundo
exterior, tiene su origen en la conversación interior equivocada.
No está de más decir con entera
claridad que el silencio interior debe referirse específicamente a algo muy
preciso y definido.
"Vaciar la mente" o
"ponerla en blanco" para lograr realmente el silencio interior, no es
lo que intentamos explicar ahora en éste espacio. Practicar el silencio interior a que
nos estamos refiriendo, tampoco significa impedir que algo penetre en la mente.
Estamos hablando de un tipo de silencio interior muy diferente. Queremos
practicar el silencio interior en relación con algo que ya esté en la mente.
Algún suceso, asunto propio o ajeno, quizá lo que nos contaron durante el día,
lo que hizo aquel, aquella, etc; pero sin tocarlo con la lengua interior.
Aprender a callar no solamente con la lengua exterior, sino también
además, con la lengua interior. Resulta maravilloso, realmente
extraordinario. Muchos callan exteriormente, más con su lengua interior desollan vivo al
prójimo. La charla interior venenosa y malévola, produce confusión interior.
Si observamos nuestra charla interior equivocada, veremos que está hecha
de verdades a medias, o de verdades que se relacionan entre sí de un modo más o
menos incorrecto, o algo que se agregó o se omitió.
Desgraciadamente nuestra vida emocional se fundamenta exclusivamente en
la “auto-simpatía”. Y para colmo de tanta infamia, sólo simpatizamos con
nosotros mismos, con nuestro tan querido “Ego” (*1), y sentimos antipatía y
hasta odio con aquellos que no simpatizan con nosotros.
Nos queremos demasiado a nosotros mismos, somos narcisistas en un ciento
por ciento, esto es irrefutable, irrebatible. Pero necesitamos ver el punto de
vista ajeno. Es urgente y necesario saber ponernos en la posición de los otros.
Lo que verdaderamente cuenta, es la
manera como los hombres se comportan interna e invisiblemente los unos con los
otros. Desafortunadamente y aunque seamos
muy corteses, hasta sinceros a veces, no hay duda de que invisible e
internamente nos tratamos muy mal los unos a los otros.
Gentes aparentemente muy bondadosas arrastran diariamente a sus semejantes hacia la cueva secreta de sí mismos,
para hacer con éstos, todo lo que se les antoje. (Vejaciones, burla, escarnio,
etc.)
Debemos rectificar nuestra manera de pensar, nuestra manera
de ser, para que ocurra un cambio en nuestra propia charla interior. Se puede
con voluntad y amor, se puede.
Desde mi interior…..la
magia de la vida.
Lolita González
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