El 90% de todos los enfrentamientos, acaba con cada una de las partes retirándose por su lado, cada una de ellas pensando que tiene la razón.
Hace un tiempo, acudió a mí un joven que había sido contratado como Responsable Comercial de una empresa aseguradora, y tenía como objetivo enseñar a que sus agentes vendieran las pólizas de seguro, de forma efectiva.
Me dijo que tenía miedo, porque realmente su metodología de trabajo no era lo suficientemente efectiva, y pensaba que no sería capaz de conseguir el objetivo tan alto que la empresa le había puesto a su equipo de trabajo.
Fuimos juntos a que me mostrara cómo procedía a la hora de venderle un seguro a una persona, y me di cuenta de que tenía un serio problema.
Cuando el posible cliente le rebatía lo que el joven le proponía, éste entraba en una especie de discusión con el que podría ser su cliente, a fín de hacerle ver que el seguro que él vendía, era mejor que el que la persona tenía contratado en la actualidad.
Siempre, en todos los casos, se establecía una competición en la que el agente comercial exponía lo que tenía y trataba de rebatir lo que el posible cliente tenía, para ver cuál era mejor y quien tenía la razón.
Su trabajo consistía en demostrarle a los demás, que lo que él vendía era mejor y que lo que las personas tenían contratado, era peor.
Al cabo de muchas visitas, le dije que se fijara en la forma en que lo hacía yo.....
Llegamos a una oficina y empecé a hablar con el dueño de ésta, el cuál me dijo que tenía el seguro hecho con una empresa, vamos a llamarla "Aseguraclientes" (por no dar publicidad).
Cuando este hombre terminó de decirme lo buena que era su aseguradora y lo contento que estaba con ella, simplemente le dije:
-"Tiene usted razón. "Aseguraclientes" es sin duda una muy buena aseguradora, y sin duda tiene usted motivos para estar contento con ella."
El cliente, simplemente se quedó callado.
Cuando entiendes que no debes entrar en una discusión ni debate para competir con lo que otro te pone sobre la mesa, haces que se elimine el problema.
En el momento en que le dí la razón a esta persona de lo que estaba diciendo, quedó eliminado el motivo de discusión. ¿Para qué iba a seguir diciéndome que "Aseguraclientes" era muy buena, si yo mismo ya le había dado la razón?
Mi única intención era eliminar del ambiente, aquello que me entorpecía.
Justo después, empecé a hablarle de las condiciones y precios que tenía la Aseguradora que representaba el joven comercial, y de los beneficios que este posible cliente obtendría, si contrataba su seguro en ella.
Limpias el ambiente, eliminas obstáculos (aunque sea dando la razón), y muestras lo que tienes, pero con la gran ventaja de que la persona que te escucha, lo hace con una actitud bien distinta.
Este muchacho, aprendió una forma muchísimo más efectiva de vender más y mejor. De que las discusiones, debates y competiciones sobre algo, tratando de hacerle ver a otro que es mejor que lo que tiene, es inútil y no conducen a nada.
Al cabo de un tiempo, me enteré de que tuvo mucho éxito en la empresa que lo contrató y que ascendió rápidamente dentro de ella.
No todo el mundo es capaz de tener esta visión sobre las cosas que le ocurren.
El ser humano, por naturaleza, reacciona ante aquello que no concuerda con sus pensamientos y se enzarza en una discusión para demostrar que lleva la razón.
Puede que la lleve, pero....¿realmente sirve de algo si no consigues la voluntad del que has vencido?
Piensa bien qué prefieres...¿un simple triunfo en un momento puntual, o ganar la voluntad de aquel con el que discutes?
El ego tiene mucho poder, el orgullo también y el deseo de victoria, mucho más. Las emociones no se controlan tan fácilmente y necesitan de un entrenamiento mental.
La inteligencia emocional es tan importante, porque te ayuda a conseguir que tengas una perspectiva de las cosas, sin ser influenciado por tus sentimientos y emociones, y por tanto, siempre tendrás un enfoque hacia una victoria real y beneficiosa para tí.
No es más inteligente quien más discusiones logra ganar, sino quien más las evita para conseguir su verdadero objetivo.
Las discusiones tienen objetivos puntuales y pasajeros, que no tienen porqué estar en el camino de tu objetivo real, con lo que es innecesario que pierdas el tiempo en aquello que te interrumpe y te retrasa.
Lincoln dijo que es mejor dejar paso a un perro, que ser mordido por él, porque aunque mates después al perro, el dolor de su mordedura sigue ahí.
Aunque creas que has ganado una discusión, en realidad, lo único que has hecho es la estupidez emocional de crearte un enemigo, al dejarte llevar por la situación del momento, y desviarte de tu objetivo para ganar una batalla que no te ha llevado a ninguna parte.
Usa tu inteligencia emocional, entrena tus control sobre las emociones y no pierdas nunca el enfoque de lo que quieres conseguir. ¡¡Una discusión!!.....eso no te sirve para nada, no te dará nada bueno, ni podrás ganarla nunca.
Lo mejor del Ying Yang
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