(03/feb/2015)
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) desarrolló una novedosa fibra artificial flexible y no más gruesa que el cabello humano, que permite enviar y recibir señales e incluso medicamentos directamente al cerebro de forma simultánea.
Esa fibra se puede colorar como un implante que, por la naturaleza del polímero usado, es menos proclive a que sea rechazado por el organismo. Este avance es obra del equipo de 11 personas lideradas por Polina Anikeeva en el MIT. Su sistema toma la idea del funcionamiento de las fibras ópticas de los sistemas de telecomunicaciones.
En su nueva fibra artificial hay capacidad para integrar diferentes canales, tanto de entrada como de salida, y permitiría la lectura del efecto de un fármaco o la estimulación de una zona del cerebro en tiempo real con luz, al tiempo que puede medirse la respuesta con el mismo implante. Incluso se podrían enviar fármacos al cerebro de forma directa y comprobar la reacción de esa zona del cerebro.
Si este abanico de fibras, que pueden personalizarse en grosor y canales dependiendo del uso que le quiera dar, se demuestra funcional en implantes, el estudio o creación de un completo mapa del cerebro y su funcionamiento en determinadas circunstancias estaría más cerca.
Fuente: INNOVAticias
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