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viernes, 13 de junio de 2014

¿VIVES LAS CIRCUNSTANCIAS COMO AMENAZAS O COMO OPORTUNIDADES?


By on 6/13/2014


CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO (13/jun/2014) 
Lo que vemos es lo que vemos, no lo que es. En la percepción juegan sobre todo nuestros sentidos y el patrón psicológico y cultural en el que hemos sido formados. Lo que para algunos es un reto, para otros es una dificultad insuperable. Lo que la gente llama «aglomeración» en un tren, se convierte en «ambiente» en una discoteca.

Nuestro inconsciente, a través de sus mecanismos de percepción selectiva, nos hace ver la realidad de una determinada manera. La interpretación combina los estímulos que llegan a nuestro cerebro y monta una película donde ubica tres ingredientes fundamentales: a uno mismo (o una misma), a los demás y a las circunstancias.

Según el papel que nos adjudique nuestro inconsciente en esa película, el resultado final de la escena interpretada puede ser totalmente distinto en signo (de positivo a negativo), en intensidad (de mucho a poco) y en posibilidad percibida de cambio (de todo a nada). Si tenemos una idea negativa y acobardada de nosotros mismos, percibiremos la realidad como más dura, triste, desagradable y difícil de cambiar que si esa idea es positiva, relajada y asertiva.

La forma en que decidamos actuar en esa película nos condicionará para los siguientes y nuevos estímulos que vayan apareciendo en nuestra vida.

Entre los estímulos que recibimos y las respuestas que damos existe nuestra capacidad de decidir qué responder.

La decisión es una elección personal. A mayor grado de conciencia, mayor libertad de elección en esa decisión.

Por lo tanto, cuanto más se abren los ojos de la mente, más posibilidades hay de resignificar nuestro ser, la vida, las experiencias y a los demás, de modo que las amenazas vayan convirtiéndose progresivamente en oportunidades.

Para quitar la sábana y las cadenas a las amenazas fantasma sólo tenemos que cambiar nuestro chip, nuestra actitud, nuestra manera de ver el mundo. Y escucharnos, hacer un análisis de nuestras habilidades y talentos es una pieza clave para la conversión de amenazas en oportunidades.


Así que voy a empezar a sustituir el «si no lo veo, no lo creo» por el «si no lo creo, seguro que no lo veré». Es decir, decido crear mis propias oportunidades.

Uno puede elegir el tipo de vida que quiere vivir y, en definitiva, dejar de sufrir victimitis. De hecho, siempre hay una oportunidad para deshacernos de la vida que nosotros mismos hemos complicado, para tener la vida que deseamos y que nos espera.

Algunas personas no saben ver sus oportunidades y, por el contrario, ven constantemente terribles amenazas.

Las amenazas son, salvo en el dramático caso de que sean claramente explícitas y directas (como las que nacen del terrorismo, por ejemplo), una cuestión de percepción y, sobre todo, de interpretación de la realidad que a cada uno le rodea.

La vida no amenaza, la vida ocurre. Los hechos son neutros y cada cual les pone el color que quiere. O como dice un genial aforismo tibetano:«No hay situaciones desesperadas, sólo personas que se desesperan».

De hecho, uno puede resignificar toda experiencia vivida, incluso la que ha sido interpretada como amenazante, y darle un nuevo y completo sentido.

Un sentido de aprendizaje, de experiencia. Por tanto,

VIVIR LAS CIRCUNSTANCIAS COMO AMENAZAS O COMO OPORTUNIDADES ES UNA ELECCIÓN.




Del Libro: "La brújula interior"
@Lolipatita
lolita.gonzalezluna@gmail.com

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